jueves, 26 de enero de 2017

¿Que somos?

Eramos dos personas jóvenes, habíamos coincidido por muchos años en el mismo sitio y nunca habíamos notado la presencia del otro, supongo que no era el momento indicado, yo sabia quien era, por esas veces que de reojo miras algo, su cara era la misma, aunque ya con varias marcas que son inevitables en esta vida, con sentimientos confusos, con odio hacia si misma, con sentimientos de culpa que la agobiaban día tras día, haciéndola sentir miserable y hasta tenerse lastima a si misma. Estaba sola caminando por la calle, quisiera decir la hora y el día en que la vi pero no lo recuerdo, supongo que no era importante para mi en ese momento, pobre ingenuo fui, decidí contactarla, no veía el momento de llegar a mi casa a hablarle, quería saber quien era, su nombre ya lo sabia, lo que no sabia era quien era ella en su interior, sus miedos, sus aspiraciones, sus comidas favoritas, su color favorito, quería saberlo todo sobre ella en definitiva, no aspiraba a mucho, ya que no soy de esos que saben como cortejar a una mujer de un momento a otro sin siquiera haberla saludado una vez al menos, sabiendo esto, me arriesgue a perder y a morir en el intento, me contesto, tuve la suerte de que con la inmadurez que me caracteriza la pude hacer reír, por lo menos en letras, no pude ofrecerle mas que un café en aquel momento, su respuesta fue si, aunque se quejo del viejo y ordinario lugar que vendía mi café preferido en la ciudad al que por supuesto, fue al que le propuse ir, acepto de igual manera, y el café se convirtió en cerveza. Mi primer contacto con ella fue una tarde-noche, ella estaba con un amigo que la cortejaba y una amiga de universidad, en el momento que llegue note que estaba un poco nerviosa, obviamente yo también lo estaba pero tenia un plus oculto de cuatro cervezas antes de llegar ahí que me dio la suficiente valentía para ser jovial en aquel grupo de tres, converse poco con ella, pero basto con dos abrazos y una mirada rápida al verla sentada diagonal a mi expulsando el aire del cigarrillo que se fumaba en aquel momento para darme cuenta que me atraía, al menos físicamente. De esta manera comenzó esta efímera historia, como una amistad cualquiera, pero tendría que describir a aquella mujer para entender por que no pude mantener la amistad, apartándola del romanticismo que por cuestiones de genética y de algún factor extraño a mi conocimiento siempre ha estado en mi, causándome tantos problemas. En cuanto a ella, empezare por la parte física, que es la que siempre nos atrae en primer lugar, su estatura no era muy alta, es el tamaño indicado para una mujer, su pelo castaño obscuro, disfrazado de un cabello lacio cuando en realidad debajo de ese disfraz se esconde una locura de risos y cantidades exorbitantes de cabello que nunca me permitió ver, supongo que siempre sera un misterio para mi como luce naturalmente su cabello, tenia un lunar arriba del labio que era como la cereza de algún pastel de esos que te invitan a morderlo sin piedad, sus labios, oh sus labios! grandes como si de alguna mujer africana se tratara pero en su cuerpo delgado y liviano, sus ojos tristes, por alguna razón siempre se veían tristes, pero como me encantaba verlos en esas pocas mañanas que tuvimos la suerte amanecer juntos, y por supuesto su marca eterna, esa marca que ella escogió llevar hasta su muerte, tenia un tatuaje que le cubría la mitad de su espalda este representaba una mariposa, dichosa mariposa que posara en su espalda hasta que ya no tenga la dicha de soltar otro suspiro en este mundo lleno de crueldad y desamor. Su personalidad, esta parte es la que particularmente mas me atraía de ella, esa manera tan extraña de actuar, de hablar, de reaccionar, pero que me gustaba tanto por alguna razón que aun hoy desconozco, su gusto musical, es obsceno, no encuentro ni siquiera la analogía correcta para representarlo de manera sencilla para el entendimiento de quien pudiera estar leyendo esta pequeña historia que hoy narro, su manera de disfrutar la música, la manera en que se mueve cuando alguna canción le gusta lo suficiente como para hacerla bailar, sus gestos cuando algo no le gustaba o le gustaba algo en particular, su olor, ese olor que impregnaba mis almohadas cuando tenia la dicha de que durmiera en mi cama, nunca me cansaría de ese olor que emanaba su nuca, era como inhalar cocaína, era casi absurdo lo mucho que me gustaba su olor, la manera tan sencilla de vestirse, y en general, era sencilla, era incapaz de hacer algo para molestarme, y evidentemente esto se lo retribuí hasta que pude. En algunas relaciones la intimidad mas profunda es el sexo, en este caso no fue así, si bien estuvimos juntos, no era lo mas intimo que hacíamos, podíamos hablar de cualquier cosa sin ningún tipo de barrera o vergüenza, sin que la conversación se tornara en un tribunal donde alguno de los dos seria juzgado el uno por el otro, fue aquí que descubrí que esto es intimidad y que es exagerada la importancia que le damos al sexo, me di cuenta el valor que puede llegar a tener alguien por el simple hecho de brindarte su tiempo y escucharte o de darte su confianza absoluta, para contarte que sucede con su vida realmente, sin miedo a que yo pudiera juzgarla, simplemente le daba mi opinion cuando me la pedía o cuando me parecía oportuno. Es un peligro! luego de esto que les acabo de narrar, que no es mas que la mas baja representación de lo que ella es realmente viéndome limitado por mi poca capacidad para manejar las palabras y encontrar las correctas para poder hacerlos entender si quiera un poco de como luce a mis ojos, aun con todo, debía cuidarme, sabia desde un principio que ella no era mía y que realmente nunca podría serlo, a menos que ella lo permitiera, pero no era el momento indicado supongo, todo quedo en un beso y un "veamos que pasa" ademas de un movimiento de manos de lado a lado diciendo adiós, siendo yo, el único y el rotundo culpable del fin de este breve momento en mi vida, que no por ser breve, deja de ser increíblemente bello y placentero, aun en el recuerdo que me queda, pero como soportar no poder enamorarse? no pueden culparme, los románticos estamos hechos para que nos rompan el corazón, para ser usados y ultrajados por cualquiera que nos alumbre con un pequeño rayo de luz la vida por un mínimo instante, no me arrepiento de haberla tenido en mi vida aunque sea por un rato, fui feliz con ella. Aun hoy, no se que fuimos, pero al intentar descubrirlo dejamos de serlo, no me arrepiento de haberlo intentado, ya que sabia desde un principio que ella no era mía...

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